martes, 28 de diciembre de 2010

Heredia junto a Boudou y Tomada en la cena del MPP

Estuvieron juntos el conductor del movimiento y dos pre candidatos a jefe de Gobierno por el peronismo K. La comuna 7 estuvo representada por el compañero Diego Ramírez.



El pasado miércoles 22 de diciembre, en el restaurante Perón Perón de Palermo, se llevó a cabo la cena de fin de año del Movimiento de Participación Peronista para todos los dirigentes de la agrupación. Y allí, juntos en la misma mesa, estuvieron el conductor del movimiento, el subsecretario Legal y Técnico Claudio Heredia, y las dos esperanzas del peronismo porteño para recuperar la Ciudad: Carlos Tomada y Amado Boudou.

La comuna 7 estuvo representada por el compañero Diego Ramírez. El lugar desbordaba de símbolos peronistas. El altar de Evita emocionaba y los cuadros de las paredes nos permitieron revivir momentos inolvidables de la historia del movimiento popular más impactante de la Argentina y de su líder, Juan Domingo Perón.

También estuvieron presentes dirigentes que apoyan al Cabildo Abierto desde su creación, como el viceministro de Economía, Roberto Felletti, la secretaria de Asuntos Municipales, Raquel “Kelly” Olmos, y el histórico Roberto Digón.

Después de las palabras de Heredia, que repasó el año y recordó a Néstor Kirchner, tomó la palabra el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, que aportó claridad de conceptos, humor y un par de frases inolvidables.

Después, Amado Boudou resaltó que lo importante es “la construcción colectiva”. “Si bien muchos queremos representar electoralmente a este proyecto, todos tenemos que apoyar al compañero que le toque”, dijo el ministro, que un día antes había anunciado su intención de postularse a jefe de Gobierno porteño.

Luego, el candidato del Cabildo Abierto (como lo presentó Heredia), Carlos Tomada, detalló algunos de los logros del Gobierno durante 2010 y también explicó que la principal motivación es llevar a la Capital Federal el modelo inclusivo que Cristina lleva adelante en la Nación. “Perón y Kirchner fueron los dos únicos presidentes que sobrepasaron las promesas de su plataforma electoral. Y Cristina es la única que nunca se detiene, que siempre va por más, abriendo nuevos frentes de conquistas para los trabajadores”, dijo el ministro. “Y en 2011 nos encontraremos brindado por haber ganado las elecciones nacionales y porteñas”, concluyó.

viernes, 10 de diciembre de 2010

La Ciudad de la ineptitud y las promesas



Ante la ineficaz y vergonzante (des)gestión de Mauricio Macri al frente del Gobierno Porteño el derramamiento de sangre era inevitable. A no engañarse: los episodios ocurridos en el sur de la Ciudad no son responsabilidad de los inmigrantes, como se encargó de decir el Ingeniero, auspiciado por publicistas, para seducir a parte de su electorado.
La ocupación de terrenos se pudo prevenir, en vez de reprimir, antes del desborde de la situación. Se trata del resultado de una minuciosa política de abandono del espacio público en los barrios más pobres y de carentes propuestas para solucionar los problemas habitacionales de Buenos Aires. ¿O esperaban que un predio abandonado hace años se convirtiera en el Central Park por milagro? ¿Por qué se pueden embellecer y arreglar las zonas verdes de barrios prósperos y no las de Soldati y Lugano, tal vez los barrios porteños con más necesidades?
¿Va a estar bueno Buenos Aires?
Veamos:
- Durante su campana prometió la construcción de 70.000 viviendas sociales y sólo realizó 300, incluyendo a las 81 que hizo en el 2010. Eso sí: cumplió con todos sus amigos constructores desarrollando proyectos inmobiliarios multimillanarios en las zonas más ricas de la ciudad.
- Macri llegó al poder prometiendo seguridad publica, y en esta materia apenas realizó escuchas ilegales, molió a palos a indigentes, y pidió listas negras de estudiantes secundarios.
- Creó una policía propia y en lugar de instalarla en los barrios mas problemáticos, la envió a Palermo Hollywood y Belgrano.
- Prometió la construcción de nuevos hospitales. No hizo ninguno y, además, desmanteló a los existentes.
- Prometió la construcción de 300 escuelas. Sólo hizo 3 (los dos ceros que faltan no son una errata) y dejó al abandono al resto. Por suerte, no hubo que lamentar víctimas fatales a causa de derrumbes edilicios.
- En cuanto al transporte, prometió la construcción de 10 kilómetros de subte por año y sólo inauguró una estación construída por gestiones anteriores.
Las lista de contrastes entre promesas y realidades podría seguir. Pero no hace falta: los resultados de sus políticas están a la vista en todas las áreas de gestión.
Por eso, para cambiar la Buenos Aires de las promesas por otra en la que no gobiernen los discursos de cáscaras vacías de asesores de marketing, hay que participar activamente.
La Ciudad la construimos entre todos.